Ciudad y Seguridad. La Noche no tiene la culpa.

Noche, inseguridad, alcoholismo e ineptitud de nuestros líderes.


Estoy harto. Sinceramente harto de que le echen la culpa a la noche.

Ahora, de pronto, la noche parece ser la culpable de todo.

De la droga, del delito, de la violencia, del alcoholismo juvenil.

Que lastima. Argentina en lugar de evolucionar parece que se queda. Y es peor, hay temas en los que parece que involuciona.

E n lugar de madurar, muchos argentinos parecen haberse quedado en la etapa infantil del animismo y de la asignación de vida a las cosas inanimadas.

Un niño pequeño dice “yo no tiré el jarrón, el jarrón se tiró solo”. Muchos argentinos dicen lo mismo “mi nene toma y pega porque la noche es terrible y los boliches cierran tarde”.

Para muchos argentinos, sobre todo para algunos políticos desesperados por su propia ineptitud en parar el tema de la inseguridad, la violencia y el tráfico de drogas, le echan la culpa a la noche, a los boliches y al jarrón.

¡Por Dios, a ver si los argentinos maduramos de una vez por todas y cada uno se hace cargo de lo que se tiene que hacer cargo!.

Buenos Aires no se merece perder su noche.

Lo que tienen que hacer nuestros líderes es ponerse los pantalones largos, dejar el animismo infantil y ponerse a trabajar en lo que hay que trabajar. Es decir, en dar mayor seguridad a la sociedad porteña sin hacerle perder identidad, sin hacerle perder lo que siempre tuvo y por lo que siempre se distinguió nacional e internacionalmente.

¿Acaso no saben nuestros líderes que la droga y el alcohol se venden tanto de noche como de día en nuestra Ciudad?. ¿Acaso no lo saben o hacen que no lo saben?. ¿Acaso no saben que los chicos se pasan bailando una porción muy chica de la semana, solo algunas horas?. ¿Acaso no saben, o no quieren saber, que los que necesitan drogarse o tomar alcohol lo hacen durante toda la semana y consiguen alcohol y droga con una facilidad pasmosa, tanto de día como de noche los siete días de la semana?.

Yo me rio cuando desde la derecha piden “Tolerancia Cero” y desde el progresismo dialéctico piden “Impunidad Cero”.

Me río porque lo que necesita nuestra sociedad para terminar con la inseguridad y la violencia es “HIPOCRESIA CERO”.

¿Por qué los que no nos drogamos, no nos emborrachamos y no pegamos a nadie tenemos que vivir en una sociedad en toque de queda, porque un grupo minoritario tiene en jaque a muchos de nuestros dirigentes que no pueden ya disimular más su propia ineptitud para gobernarnos?.

¿Cómo hubiese sido el desarrollo cultural argentino sin las noches de la Confitería La Paz o sin las noches maravillosamente creativas del Instituto Di Tella?.

¿Cómo hubiese sido Buenos Aires sin sus noches de Troilo, de Gardel, de Discepolo, de Canaro, de Goyeneche, de Cacho Castaña, de la Gata Varela, de Nacha Guevara, de Pappo y de tantos otros creadores irrepetibles que tiene y ha tenido nuestra Ciudad?.

¿Saben nuestros dirigentes que la Ciudad de Buenos Aires es conocida en el mundo entero por ser “la ciudad que nunca duerme”?. ¿Lo saben o se hacen los que no saben?.

¿Nuestros dirigentes van a seguir dejándonos a nosotros detrás de las rejas de nuestras casas y van a mandarnos a nosotros a dormir tempranito porque no saben (o no quieren) solucionar el problema de la droga, el alcohol y la inseguridad de manera logística, madura y valiente?.

¿Acaso no saben que aunque los chicos salgan a las 3 de los boliches, vamos a necesitar familias fuertes y padres responsables que no permitan que los chicos estén borrachos en las veredas desde las 3 de la madrugada hasta las 9 de la mañana?. ¿O acaso vamos a usar en nuestra Ciudad a la Metropol recientemente creada para aplicar sutiles “correctivos” a nuestros jóvenes?.

¿Acaso esta nueva “Armada Brancaleone” con que se ha dotado a la Ciudad de Buenos Aires va a encargarse de bastonearnos de manera suficiente como para tenernos a raya, de acuerdo al gusto y medida de los paradigmas neoderechistas de sociedad y seguridad?.

¿Acaso por dormirnos tempranito, después de una papita, un bifecito y un caldito vamos a terminar con las verdaderas causas de la violencia social y del tráfico ilegal de armas, drogas y alcohol?.

Señores dirigentes, ¡déjense de tonterías y anímense de una vez por todas a ponerle el cascabel al tigre de la inseguridad, las drogas y el alcoholismo violento!.

Dénnos seguridad combatiendo de manera decidida a la inseguridad y a los que provocan la inseguridad. No todo el que toma es violento, asesino y ladrón, pero hay muchos violentos, asesinos y ladrones que golpean, matan y roban sin necesidad ni de drogas ni de alcohol.

A muchos de esos que golpean, matan y roban los conocemos. Y los conocemos porque muchos están en nuestras cúpulas dirigentes de muchas de nuestras Instituciones sociales, políticas y empresarias. Esas mismas cúpulas que hoy se rasgan las vestiduras y piden a gritos que se envíe un misil a la luna para que ya no haya más noche.

Necesitamos una sociedad de premios y castigos.

Premios para el que actúa bien y castigos para el que actúa mal.

Eso necesitamos. Es así de simple. Y sobre todo, repito, necesitamos combatir al delito y las adicciones con “Hipocresía Cero”.

Necesitamos poder tomar un café tranquilos, a cualquier hora del día o de la noche, sin tener que abrazarnos a nuestra cartera o celular porque nuestros líderes no saben o no quieren terminar con la presencia del delito latente que nos rodea a todos, en cada bar, en cada calle, en cada casa y en cada hora de nuestra maravillosa Ciudad de Buenos Aires.

No necesitamos leyes más duras, sino que los jueces las apliquen de manera responsable y profesional, con criterio social pero con el norte puesto en la víctima y no tan solo en las culpas sociales.

Y si necesitamos alguna reforma penal, debemos tratar de que nuestros líderes asuman la responsabilidad que tienen e introduzcan todas las reformas penales que sean necesarias.

También necesitamos que se premie a los agentes policiales que actúan bien y que se juegan todos los días la vida en una sociedad hostil que los condena y los persigue sin distinción de buenos y malos.

También necesitamos que los medios de comunicación masivos sean menos hipócritas.
Necesitamos una televisión menos hipócrita. Digo menos hipócrita porque nuestra televisión por un lado pide seguridad en los noticieros y después en el horario central pasa un homenaje a un preso que mató a toda la familia, en una especie de culebrón tumbero que se vende como ejemplo de vida y modelo de arrepentimiento.

Nuestra Ciudad ha sido el faro cultural, social y político de América Latina.

Debe volver a serlo.

Pero debe volver a serlo por el trabajo mancomunado de todos, sin visiones parciales y sin preconceptos sociales, jurídicos, económicos o políticos. La solución a la inseguridad no es ni de izquierda ni de derecha. Es de gente con pensamiento sincero, logístico, integrador y sobre todo, humanista.

Por eso cuando nos sentemos hablar de seguridad pensemos en una Ciudad de Buenos Aires que vuelva a ser segura aún para el más débil, para el que no tiene padrino, para el que no tiene revólver, para el que no tiene los medios o las agallas para jugarse la vida diariamente en el matar o morir.Debemos pensar una Ciudad con una Fuerza Policial que no sea un cuerpo armado represivo y que sólo termine sirviendo para reprimir a cartoneros, piqueteros, manifestantes descontentos, artesanos, docentes o porteños que no quieran irse a dormir temprano después de la sopa, el bife o el puré.Necesitamos un verdadero plan integral de Seguridad, que no sea un plan de distracción, o una sucesión interminable de pruebas piloto.

En Buenos Aires necesitamos un plan de seguridad que resuelva y explique la competencia policial, la competencia judicial, la convivencia entre Policía Federal y Metropolitana, el despliegue territorial, entre muchas otras cosas de las que hay que hablar sincera y claramente para terminar con la inseguridad de manera efectiva y permanente.

Nuestra Ciudad no puede pretender reducir los niveles de inseguridad con la sola estrategia de contar con una fuerza policial propia. Creo que estamos recostando muchas expectativas en la creación de la Policía Metropolitana y el desencanto va a ser directamente proporcional a la ansiedad que esa alternativa nos provoca.El problema de la Seguridad debe ser encarado de manera positiva. Es decir, que no debe combatirse solamente la Inseguridad, sino buscarse la Seguridad de manera positiva y organizada.

Debemos pensar una Ciudad de Buenos Aires con una política de Seguridad que incluya pensar la categorización y excelencia de la carrera policial y la planificación de un Estado que se ocupe y preocupe de proteger a los que nos protegen, a los buenos policías que dan la vida por nosotros y de los que tantos caen año tras año en las calles de nuestra Ciudad.Debemos pensar una Ciudad de Buenos Aires que no parta del preconcepto de que todo pobre es un delincuente potencial, pero que no sobreentienda que una persona que no sea pobre es –per se- una persona decente. Miles de delitos en la Ciudad de Buenos Aires se cometen porque personas que pueden comprar un celular, un estéreo o una autoparte a precio regular, se preocupan por comprarlos a precio reducido sin tener muy en cuenta si el poseedor original del bien robado fue tirado debajo del tren, fue baleado o fue víctima de apremios, abusos o violación.

Debemos pensar las soluciones a la inseguridad de la Ciudad de Buenos Aires teniendo en cuenta la degradación del comportamiento urbano, las culpas concurrentes, la hipocresía social y la falsa demonización de ciertas actividades por el sólo hecho de ser precarias, nocturnas o recreativas.Para hablar seriamente de seguridad pienso que debemos no sólo estudiar las culpas, sino también las complicidades.

Repito: “HIPOCRESÍA CERO”, empecemos por ahí.




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