Cuando digo que quiero una Buenos Aires más culta, quiero decir que quiero, entre otras cosas y por lo menos:Una Ciudad con programas culturales centrales y barriales con todos y para todos, que vuelva a tener la categoría cultural que tuvo como Ciudad y como sociedad culta.
Una Ciudad con centros culturales barriales florecientes, fomentados y bien cuidados por parte del gobierno central.
Una Ciudad con políticas de protección a nuestros artistas, a nuestros artesanos y a nuestros creadores en general.
Una Ciudad que facilite, fomente, difunde y ayude a comercializar la obra artística y de todo tipo de sus artistas y creadores.
Creo firmemente en la fuerza liberadora de la Cultura.
Creo firmemente, también, en la transformación social por el Arte.
Para mí, un artista es –per se- patrimonio viviente de toda ciudad en la que vive.
Como tal hay que protegerlo y hay que proteger también su producción cultural.
Toda obra creativa es, también, patrimonio de la ciudad en la que se produce.
El estado debe proteger y fomentar la creación en todas sus formas.
Una sociedad, una ciudad, progresan, cuando tienen claras –también- sus metas culturales comunitarias.
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