Resurgimiento Porteño: Pensamiento en acción.


Para resurgir debemos cambiar el Modelo.

No me cabe duda de que nos merecemos una Ciudad mejor y que Buenos Aires debe resurgir.

Pero también estoy convencido de que de nada sirve tener una convicción transformadora si no se puede explicarla, transmitirla y hacerla comprender y sostener por la mayor cantidad posible de gente.

Estoy convencido de que debemos cambiar nuestro Modelo de Ciudad, pero también se muy bien que si esa idea no se multiplica y se hace carne en la mayoría de las mentes y los corazones de los porteños y las porteñas, toda transformación sería imposible.

Y la única forma de sumar convicciones a un Proyecto transformador es explicarlo de la mejor manera y con la mayor claridad posible.

Para mi, la mejor manera de explicar nuestro Proyecto es hacerlo de la misma manera en que lo hice el 16 de diciembre de 2008, durante el acto de presentación pública del Instituto para Pensar Buenos Aires, en el Salón Dorado de la Legislatura porteña.

En esa ocasión, como lo hago ahora, sostuve y sostengo que la mejor manera de explicar un proyecto es contando, de manera clara, concisa y valiente, cuál es la IDEA, la VISIÓN, la MISIÓN, el MÉTODO, el OBJETIVO y la META que lo han inspirado.



NUESTRA IDEA.
Una ciudad es una construcción colectiva.

Una ciudad es una realidad viva, en evolución permanente y con una entidad propia moldeada de acuerdo a los proyectos, acciones y omisiones de todos los hombres y mujeres que viven en ella.

Si hay alguien que debe arreglar o tarda en arreglar o no arregla, es porque hay alguien que ha roto.

Si hay alguien que debe limpiar, no limpia o limpia mal, es porque hay alguien que ha ensuciado.

Y así un largo etcétera de acciones mutuas y de doble vía que hacen a la vida, vivencias y convivencia de todas las ciudades.

Y como una ciudad es una construcción colectiva, también Buenos Aires, si quiere cambiar y mejorar, debe contar con el pensamiento y el esfuerzo proactivo, constructivo, creativo y transformador de la mayor cantidad posible de los ciudadanos, residentes y transeúntes que viven, trabajan o se trasladan en ella.


NUESTRA VISIÓN.
Un país es una suma de ciudades.

Un estado, un país, es una ficción jurídica.

Un estado, un país, es –en realidad- una suma de ciudades y municipios y una provincia funciona bien cuando la suma de sus ciudades funciona bien, cuando los habitantes viven bien en el conjunto de todas las ciudades.

Lo mismo sucede con el Estado, en el cual la prosperidad real no es más que la suma de las prosperidades de todas sus ciudades y provincias.

Una ciudad funciona bien cuando todos sus barrios o comunas funcionan bien, cuando todos sus habitantes gozan de los mismos beneficios y tienen acceso a los mismos derechos sin importar la zona de la ciudad en la que vivan.

En todo esto, el rol y la participación de los habitantes es fundamental.
Cada uno de nosotros puede observar, proponer, denunciar, señalar y buscar la corrección de aquellas acciones del estado, los particulares y las corporaciones que no contribuyan al bienestar general de la ciudad y de quienes viven en ella.



NUESTRA MISIÓN.
Pensar entre todos una Ciudad mejor.

Nuestro Proyecto, entonces, quiere una Ciudad mejor para todos, con todos y pensando entre todos.

Por eso el primer paso de nuestro Proyecto es el de juntar a los mejores hombres, a las mejores mujeres, a las mejores ideas y a los mejores proyectos que tengan como objetivo conseguir y construir un Modelo superador, integrador, constructivo, productivo, nacional, participativo y humanista para la Ciudad de Buenos Aires.

Cuando decimos “pensar entre todos” estamos diciendo que queremos revitalizar todas las militancias, pero también y fundamentalmente la militancia del pensamiento, del pensamiento grupal y constructivo. Eso es para nosotros la participación.

Para nosotros la participación no es el mero acopio anómico e inorgánico de gente que discute entre todos, discute todo y se opone a todos. Para nosotros, la participación no es la mera consagración del reunionismo sin programa y sin conclusiones.

Para nosotros participación es la creación colectiva de un proyecto común, superador y beneficioso para todo el conjunto social.

La corrección del rumbo de la Ciudad de Buenos Aires sólo puede darse por la participación y por la organización de los que participan en la vida social, política y comunitaria de la Ciudad de Buenos Aires.

Debemos participar, participar y siempre participar.

Participar de todas las formas posibles y en todas las instituciones, organizaciones y canales de participación posibles.

Participar actuando, participar pensando, participar planificando, participar fiscalizando.

Fiscalizar también es una forma de participar. Frente a cada acción indebida, frente a cada actitud que no nos guste, debemos oponer una acción concreta de fiscalización, de puesta de manifiesto y de verdad.

Y sobre todo, repito, participar. Participar organizadamente en cualquier institución política, barrial, sectorial o comunitaria. No nos dejemos convencer por los que nos piden que dejemos a “papá gobernante” hacer las cosas importantes, tales como gobernar y sobre todo, decirnos lo que necesitamos, lo que queremos y lo que nos gusta.

La ideología de la anti-política se combate con participación.

Participemos todos, aún los que no se sientan atraídos por ninguna estructura existente.

Creemos nuestras propias estructuras, nuestras propias instituciones y nuestras propias organizaciones. Refrendemos cada denuncia, cada acción de fiscalización, con una propuesta concreta, para que no nos acusen de meros acusadores.

Los líderes y las estructuras existentes deben ayudar a la participación y deben propender a que surjan todas las unidades de participación y de compromiso ciudadano que sean necesarias. Barriales, temáticas, sectoriales, lo que fuere. Todas son buenas al momento de expresar proyectos, necesidades e ilusiones.

Nunca es malo que se conformen espacios y grupos de pensamiento de carácter apartidario.

Sobre todo para que también puedan participar y comprometerse aquellos que no se sienten convocados por el ideario, las acciones o los líderes de ningún partido.

Pero esos grupos y espacios nunca deben ser asépticos ni deben formarse para rechazar, repudiar o denostar a la Política, a los políticos o a las ideologías.

Sobre todo debe tenerse en cuenta que hacer eso es igual que prestarse al juego de los que sin llamarla así, y aún autoproclamándose asépticos o sin ideologías, esconden en su prédica una clara ideología antiparticipativa, antidemocrática y antipopular.



NUESTRO MÉTODO.
Construir primero un espacio de pensamiento y acción.

Para nosotros, este primer espacio de pensamiento y acción es el Instituto para Pensar Buenos Aires, el IpeBA.

El IpeBA es una asociación civil, una organización no gubernamental cuyo objetivo principal es convertirse en un ámbito de encuentro, de intercambio, de observación, de perfeccionamiento y de gestión y canalización de proyectos, inquietudes y propuestas para todos los ciudadanos, los residentes y los transeúntes que quieren vivir o transitar en una Buenos Aires mejor.

Nuestro Instituto quiere ser una verdadera usina multisectorial de pensamiento urbano, que quiere constituirse en el menor tiempo posible, en una entidad de sólido prestigio y fuerte predicamento público, que sea referente para consultas y aportes de políticas públicas concretas y cuadros dirigenciales, políticos, sociales y culturales con el objetivo final de planificar, generar, motorizar e imponer un Modelo de Ciudad que hemos denominado como “Resurgimiento Porteño”.

Los muchachos del Instituto, parafraseando a Perón cuando afirmaba que el sindicalismo era la columna vertebral del Movimiento, me dicen que nuestro Instituto tiene que ser la “columna intelectual del Resurgimiento.

Y me gusta lo que me dicen los muchachos. Porque quizás un poco en broma y un poco enserio y otro poco sin querer, han dado en la tecla profunda de mi pensamiento.

Porque eso, precisamente, era lo que yo quería cuando concebí la idea fundacional del IpeBA.

Cuando yo imaginaba el Instituto, pensaba en una entidad con la que pudiésemos retomar la antigua militancia del pensamiento desde una perspectiva transformadora y proactiva; un lugar en el que pudiésemos realizar la amalgama superadora de la acción pasional y la planificación intelectual racional y creativa.

Yo quería un IpeBA que sirviese para construir pensamiento constructivo, que sirviese para encontrar y proponer soluciones reales y concretas para problemas reales y concretos de personas reales y concretas.

No quería una ong testimonial de encuestas y estudios de opinión o una entidad puesta bajo el ala de algún aspirante a líder, de esos que siempre se encuentran a la búsqueda de instituciones nuevas para que les aporten séquitos, equipos o pegadores callejeros de carteles.

Y yo quería, también, un Instituto que sirviese para reunir a la mayor cantidad posible de gente convencida de la fuerza transformadora y liberadora del pensamiento.

Así era el Instituto que yo me imaginaba cuando pensaba el IpeBA, y creo que lo estamos consiguiendo.

Y creo que lo estamos consiguiendo como se consiguen las grandes cosas, es decir, “sin prisa pero sin pausa”, porque estamos convencidos de que más temprano que tarde nuestro Instituto será el germen y el movilizador de un nuevo “Modelo” para Buenos Aires, ese modelo al que nosotros hemos comenzado a llamar “Modelo Buenos Aires” o “Modelo del Resurgimiento”.



NUESTRO OBJETIVO.
Pensar un modelo para nuestra Ciudad: el “Modelo Buenos Aires”.

Para nosotros el Modelo de Ciudad es también un modelo de Progreso, es decir, de qué caminos vamos a tomar para llegar al Progreso de la Ciudad y de todos –o la mayor parte- de los ciudadanos, residentes y transeúntes que viven o transitan en ella.

Nuestra manera de proponer el camino al Progreso debe ser –a mi entender- a través del abordaje (sin prejuicios y sin preconceptos) de once grandes temáticas fundamentales: Seguridad, Cultura, Educación, Salud, Producción, Servicios, Derechos Humanos, Urbanismo, Ambiente, Orden y Participación. Pero sobre todo, con Organización.

Los liberales dicen: “Orden y Progreso”.

Los progresistas ortodoxos o dicen: “Participación y Progreso”.

Nosotros, los del Resurgimiento de Tercera Posición decimos: “Organización y Progreso”.


NUESTRA META.
Trabajar para pensar, planificar y lograr el Resurgimiento Porteño.

Para nosotros la meta, el fin último de la gestación de nuestro Modelo, debe ser el Resurgimiento Porteño a través de un proceso de acción política de Tercera Posición, Nacional, Popular, Amplio, Organizado, Fiscalizador, Movilizado y Solidario, pero responsable, sustentable y productivo.





© Todos los derechos reservados. Ley 11.723. Prohibida la reproducción total o parcial de este artículo, por cualquier medio, sin permiso y cita de su autor.